Club de Emprendedores: ¿Cómo surgió la idea de crear Next Limit?
Next Limit: Ignacio y yo éramos vecinos de universidad, él aeronáutico y yo naval, pero nos conocimos en el trabajo. En mi caso desde pequeño me gustaba mucho todo lo que tenía que ver con Computer Graphics, simulación, etc. Cuando estudiaba Ingeniería, pasaba mucho tiempo en el Centro de Cálculo de Navales, y esto me sirvió para aprender, relacionarme con gente y ver todos los avances de la tecnología. De hecho allí vi por primera vez una conexión a Internet.
Empecé a trabajar en una empresa, que era del hijo de un profesor de navales, era de las pocas que en esa época se acercaba a todo el tema de programación en 3D. Allí el jefe nos puso a trabajar a mi socio y a mí juntos.
Vimos que coincidíamos en los mismos gustos y en sentir la necesidad de hacer algo distinto.
CdE: ¿Cómo fueron los inicios?
NL: Por la tardes después de trabajar íbamos a mi casa a hacer lo que nos gustaba, intentar simular un fluido. Nos dimos cuenta de que siempre que se simulaban fluidos era con maqueta. Vimos por Internet que existía un modelo de simulación basado en partículas, que entendíamos que iba a ser mucho más efectivo, y nos pusimos a experimentar. Sacamos la primera simulación y empezó el mecanismo interno de seguir haciendo pruebas y construir un primer prototipo. Entonces ahí tuvimos el dilema: estábamos trabajando en una empresa y si seguíamos con esto podía surgir un conflicto, entonces fue cuando decidimos dejar el trabajo e intentarlo por nuestra cuenta.
Hicimos un viaje a EEUU, al Seagraph, llevando en un CD en la mano y yendo por los pasillos explicando nuestro prototipo.
No había un plan de negocio; pensamos en dedicarnos a ello, y si al cabo de un año no salía nada o nos aburríamos pues volvíamos al trabajo. Era ponerse y vivir el momento.
Montamos la empresa–sociedad alquilando una habitación y con dos ordenadores empezamos a intentar acabar un producto y venderlo. Pusimos una página web, un precio, algunos vídeos… y a los pocos meses empezó a llegar algún pedido por 500 dólares. De una manera muy natural, empezamos a vender, interactuar con el mercado y empezó también la presión, porque cuando tienes clientes…
CdE: Aparte de manos, ¿hubo mucha inversión exterior?
NL: La inversión siempre es un problema, por un lado porque la necesitas y, por otro, porque te compromete y restringe tu libertad.
Cada historia es diferente, pero en nuestro caso tuvimos la suerte de que encontramos de repente a un inversor que entró con el 49% y aunque hubo muchas luchas y algún rifi-rafe, conseguimos no ceder en ningún momento el control.
Nosotros llevamos doce años y somos pocos en la empresa, porque es una forma de actuar: nosotros vamos independientes y hasta donde lleguemos. Valoramos la independencia mucho más que la capacidad de crecimiento empresarial.
Existe otro modelo, perfectamente válido, que es querer que tu idea se multiplique por diez, coger un inversor que se queda con el 80% de la empresa y además te impone una junta de accionistas por la que ya no dispones, en cierta medida, de libertad de movimiento. El capital riesgo lo que exige es salir de la empresa con un porcentaje mayor que con el que entró y si tienen que vender la empresa para conseguirlo, lo harán.
CdE: Y ahora mismo ¿qué control tenéis de Next Limit?
NL: Hace dos meses conseguimos recomprar a ese socio y ahora mismo tenemos el 100% de la empresa.
CdE: Una vez establecisteis vuestra empresa, ¿volvisteis a sentir la necesidad de buscar más inversores?
NL: La mentalidad de los ingenieros es poco empresarial, en general, nos gusta lo que hacemos por amor al arte. Si aquí entrase a trabajar un graduado MBA, vería muchas cosas que, desde su punto de vista, están mal hechas. Su mentalidad es la de generar una serie de rentabilidades. Mientras que otra forma de enfocarlo es “hago esto porque me gusta y si me da para vivir y soy feliz pues me vale”. Lo ideal es encontrar un punto medio, ya que la financiación siempre es necesaria.
CdE: En un sector como el tecnológico que te obliga estar en la vanguardia de la innovación, ¿no teméis que si no invirtieseis lo suficiente os podría alcanzar la competencia?
NL: Eso es lo que nos quita el sueño todos los días. Ahora por ejemplo queremos sacar un nuevo producto dirigido a las empresas y tenemos una discusión con nuestro asesor americano porque él piensa a lo grande y nos recomienda una fuerte inversión de un capital riesgo para expandirnos lo máximo.
Por ejemplo, nos hemos propuesto sacar un nuevo producto en una fecha concreta; si vemos que no vamos a lograrlo y vamos a perder la carrera pues a lo mejor tenemos que ir a través de capital riesgo para ese proyecto. Pero si creemos que podemos por nuestra cuenta generar un valor adecuado, que podría ser menor que el que podríamos obtener con la inversión pero suficiente para mantener nuestra independencia, pues quizá nos motive más esa línea.
CdE: Un objetivo empresarial que tengáis ahora.
NL: ¿Sobrevivir? (risas), mantener la capacidad de generar valor, porque si pierdes esa capacidad pierdes todo. Lo demás son tonterías, ganar más dinero, incrementar el número de clientes… Esos son detalles.
CdE: ¿La modificación del programa la hacéis por lo que os dicen los usuarios?
NL: Eso es algo que se va aprendiendo, depende de la situación. Si sigues al pie de la letra lo que quiere el mercado te puedes convertir en un esclavo y entonces tampoco innovas porque la innovación exige de alguna manera, por propia esencia, hacer algo que nadie hubiera visto o que no hubieran pedido.
Nosotros buscamos estar entre las dos posturas aunque cada vez hacemos más caso a lo que pide el mercado, pero la verdad es que al final la gente hace lo que quiere, es como el anuncio de Aquarius “la gente hace lo que quiere, nosotros lo diseñamos como bebida de deportistas y luego lo venden en los bares de copas”. Hay miles de historias, por ejemplo la de Graham Bell que diseñó el teléfono como hilo musical para las casas y la gente empezó a hablar por él.
CdE: Ventajas respecto a otros competidores.
NL: La competencia aún no tiene un producto específico igual que Real Flow, pero hay alternativas para realizar este tipo de efectos. Si quieres simular el llenado de un vaso de agua, antes la única alternativa era la nuestra, ahora puedes encontrar otras herramientas que te permiten hacerlo con mayor o menor dificultad.
CdE: ¿Cómo es eso de ir al cine y ver que han utilizado Real Flow en la película que estás viendo?
NL: Al principio te hace mucha ilusión, por ejemplo, en “El Señor de los Anillos” fue espectacular, nos invitaron a la premiere… Pero el mérito lo tienen también las empresas que han hecho después la producción. Con la tecnología siempre estas detrás del telón, bueno, de vez en cuando cae algún premio, pero los premios en tecnología son agua de borrajas, no hay que dejarse llevar por ellos. El premio se queda en la estantería pero como no tengas clientes pagando por algo que estás haciendo ese año, te da igual.
CdE: ¿Tenéis algún producto nuevo que vayáis a empezar a comercializar?
NL: Tenemos uno que queremos sacar este año pero es complejo en cuanto a la comercialización. El problema es que compite con productos que tienen una potencia muy fuerte en mercados muy exclusivos, son empresas muy grandes que mueven cientos de millones… Y el miedo que tenemos es que en cuanto una empresa de éstas sienta que le podemos hacer un poco de sombra nos pueden demandar por algún tema de infracción de patentes, aún sabiendo que no tienen razón al tener más millones que tú te ponen a su gabinete de abogados y tienes que gastar mucho dinero para protegerte.
ATENCIÓN: Os recordamos que Next Limit estará, junto a We Play, el jueves día 29 a las 12:30 en el Salón de Actos de la ETSII, en la Mesa Redonda del Club de Emprendedores durante el Induforum 2010.